Después de unos cuantos años dando clases de locución, puedo asegurarte que la mayoría de la gente suele cometer los mismos errores. La buena noticia es que, una vez identificados, podemos corregirlos de forma fácil. En este post voy a contarte cuáles son los tres errores en locución más frecuentes y cómo podemos evitarlos. Tengo que reconocer que las clases de locución son las que más satisfacciones me han dado porque los alumnos aprenden de manera muy rápida y, desde las primeras clases, ellos mismos ven sus progresos. Al contrario de lo que piensa la mayoría de la gente, tener buena voz no es lo más importante. ¡Ni mucho menos! La clave está en saber usar nuestra voz y aprender a sacarle el máximo partido. Si eres capaz de evitar estos tres errores que explico a continuación, ya habrás dado un paso importante.

Errores en locución: ¿a qué se deben?

A la hora de enfrentarse a un micrófono, casi todo el mundo tiene un primer obstáculo: no le gusta su voz. Esto se debe a que el sonido que nosotros percibimos de nuestra voz no es igual al que escuchan los demás. Cuando grabamos nuestra voz percibimos ese otro sonido que no reconocemos como propio y rechazamos. Sin embargo, es muy importante acostumbrarnos a grabarnos porque hay algunos aspectos que no percibimos de forma correcta mientras estamos leyendo un texto y son los que dan lugar a los errores que te voy a contar a continuación.

Primer error en locución: la velocidad

Si no estamos acostumbrados a locutar, es muy frecuente que empecemos leyendo muy rápido. Intentamos seguir la velocidad que llevamos con la lectura mental pero ahora tenemos que pensar que no leemos para nosotros mismos, sino para otras personas que nos escuchan y nos tienen que entender. Probablemente no seamos conscientes de lo rápido que leemos. Cuando escuches tus grabaciones, asegúrate de que la velocidad es la adecuada.

Hay otro motivo por el que muchas veces leemos rápido y es que uno de los principales temores que sentimos cuando empezamos a locutar es que la gente se canse de escucharnos. Y ¿qué se nos ocurre hacer para evitarlo? Correr. Leer el texto muy rápido para evitar que la gente se canse o se aburra. ¡Error! La mejor manera de evitar que se cansen de nosotros es leer bien, no leer rápido.

Cuando la locución es para un vídeo, la velocidad va a estar condicionada por las imágenes. Pero vamos a ponernos en el caso de que no dependemos de un montaje, por ejemplo, en la radio. Si la gente sólo recibe la información a través de nuestra voz (aunque pueda ir acompañada de otros sonidos, como la música) es importante que les demos tiempo para asimilar todo lo que estamos contando. Si vamos demasiado rápido, los oyentes no serán capaces de seguirnos y perderán el interés. Yo uso un truco que me funciona muy bien: intentar visualizar todo lo que estoy contando. El hecho de tener que ir creando imágenes mentales nos va a impedir ir demasiado deprisa. Además, si yo soy capaz de imaginarme lo que estoy contando, la gente que me está escuchando también podrá hacerlo y no se perderá. Te animo a que pruebes este truco. También podría hablarte del valor de las pausas, pero ese tema se merece otro post aparte 😉

Segundo error en locución: la mala dicción

Probablemente pienses que, si cuando hablas se te entiende, no necesitas mejorar tu dicción. Siento decirte que no es así. Cuando trabajamos con un micrófono, nuestra dicción debe ser per-fec-ta y eso no suele ocurrir cuando hablamos. Cada letra, cada sonido que emitimos, tiene que estar perfectamente pronunciado y no debemos conformarnos con menos. Recuerda que no podemos correr el riesgo de que la gente no nos entienda o se pierda mientras leemos; más aún, tenemos que leer de manera que quien nos escucha no tenga que hacer el más mínimo esfuerzo en comprendernos. Te aconsejo de que te plantees cada letra como si fuese un partido dentro de una competición. No podemos permitirnos perder muchos partidos porque nos eliminarían 😉

Hay muchos ejercicios para practicar la dicción pero, si tuviera que quedarme con un único consejo, sería este: pronuncia todas las vocales de forma clara y abriendo bien la boca (hazlo primero sólo con las 5 vocales y después repite esa misma pronunciación con todas las que haya durante el texto). Si te das cuenta, cuando buscamos una buena dicción hablamos de «vocalizar». Por algo será… 😉

Tercer error en locución: la monotonía

Si leemos a una velocidad adecuada y tenemos una buena dicción, ya evitaremos los principales errores en locución y parte del trabajo está hecho. Pero todavía nos persigue la sombra del aburrimiento. La tercera clave para conseguir una buena locución es una correcta entonación. Esta es quizá la parte más difícil y la que requiere más práctica, pero voy a compartir contigo una reflexión que espero pueda ayudarte a mejorar.

En numerosas ocasiones relacionamos aburrimiento con monotonía. Pero esta última palabra ya nos da una pista de lo que ocurre: «mono», que viene del griego y significa «uno». Lo que quiero decir con esto es que una locución va a ser aburrida si lo leemos todo igual, en un solo tono. ¿Qué tenemos que hacer entonces? Pues ir combinando diferentes sonidos agudos y graves que, además de romper esa monotonía, nos van a ayudar a darle sentido al texto. El tema de la entonación nos daría no para otro post, sino para un libro (los hay) o para un curso. De momento me conformo con ayudarte a reflexionar sobre este tema.

Me ha ocurrido muchísimas veces que alguien escucha una locución que le gusta y atribuye todo el mérito a la voz bonita y siente que nunca va a poder locutar así porque su voz no es buena. No me cansaré de repetirlo: el secreto no está en la voz, sino en la técnica. Así que cuando te escuches y no estés conforme con el resultado, asegúrate de que no estás cometiendo ninguno de estos errores en locución.

Además de estos ¿cometes otros errores en locución? ¿Conoces algún truco para mejorar los errores en locución? Estaré encantada de conocer vuestras opiniones.